Gratitud a la imagen oleo-sobre-tela-2004 de-Hugo Urlacher. |
¿Madre perfecta? Pues no existe…, así como no existe la madre infalible,
por más empeño que le ponga. Y no existe porque madre es humana, lo que va de
la mano con tener Luz y Sombra. Ambas energías se van a expresar en la crianza,
ya que criar no es abstraerse del proceso evolutivo que estamos transitando…,
más bien es una parte medular. Si te has sentido culpable por tener ‘asuntitos’
con tu madre…, relájate, todas los tenemos…, para unas de manera más ruda que
para otras, más al final del día nos sirve asumir que elegimos a ESA mamá
precisamentecorazón por los temitas pendientes que tiene, que son las claves de
lo que nosotras como alma evolutiva venimos a atender, sanar, trascender… y
elevar. Toda sanación que hacemos con nosotras mismas está beneficiando al linaje
en el que estamos tejidas…, tanto con nuestras ancestras como con nuestras
hijas y descendencia.
El acuerdo sagrado con mamá es apoyar la sanación de los ‘asuntitos’ que
ella, por las razones que sea, aún ni ve ni se hace cargo… o ya no lo hizo si es
que ya partió. Y claramentecorazón los ‘asuntitos’ le fueron también
transmitidos por su madre (u otras adultas a cargo)… y a su madre por su
madre…, hasta llegar a Eva 😉.
¿Qué no somos todas víctimas de víctimas…, hasta que alguna elija
transformar el patrón y libere al linaje de esos rudos mandatos?
La bella
Maureen Murdock, psicoterapeuta jungiana, nos hace un acompañamiento inspirador
para atender esas heridas y elevar la vara del linaje…, ser capaces de traspasar
la nube negra del obstáculo y transformar las marcas en oportunidades… para
avanzar, sanar, transformar, liberar… y crecer. Y así también es una potente
inspiración para nuestra labor de mamitas… ¿qué medicina irán a necesitar
nuestraos hijaos si es que no atinamos a tiempo?
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“Si tu madre nunca te ha consolado, con toda probabilidad te será
difícil encontrar un verdadero consuelo para el corazón en las relaciones que
establezcas con otras personas. Tu labor será crear ese sentido de consuelo
para el corazón dentro de ti misma. Si tu madre nunca se ha compadecido de ti,
con toda probabilidad tendrás poca paciencia con tus propios fallos humanos,
así como con los de los demás. Tu labor será observar a alguien que practique
la compasión, y practicarla tú misma.
Si tu madre silenciaba tu creatividad, tu labor será dar voz a cada
impulso creativo que se presente. Pinta, escribe poesía, toca el tambor, cuida
las plantas, cocina y baila.
Si tu madre despreciaba o rechazaba su propio cuerpo como mujer, tu
labor es abrazar y honrar a tu cuerpo y a tu sexualidad.
Si te sentías abandonada por tu madre por la razón que fuera, incluyendo
la depresión o el alcoholismo, tu labor será escuchar a tus sentimientos y
nunca abandonarte tú misma.
Si tienes alguna cuestión sin resolver con tu madre y ésta ha muerto o
ha quedado emocionalmente incapacitada, puedes escribirle una carta (que
guardarás tú o te enviarás a ti misma) en la que expreses tu pena y tu enfado
por no tener una madre nutridora, y dile que has llegado a aceptarla y
comprenderla como tal y como era. Entonces podrás sentirte agradecida por su
presencia en tu vida.
Todas nosotras llevamos encima el peso de nuestra madre, por lo que es
necesario sanar la ruptura madre/hija, tanto si tu madre está viva como si no,
para así poder sanar la profunda herida de tu naturaleza femenina. El elemento
clave reside en que tú misma te conviertas en una buena madre. Con esa idea en
la mente, asume la tarea de ser maternal contigo misma.
Lo sé por experiencia propia, soy una hija cuya madre la rechazaba
emocionalmente, y he seguido buscando el cariño maternal que nunca recibí de
ella, ya con veinte y treinta años, y tratando de ganar la atención y la
aprobación de mentores femeninos mayores que yo, como Polly Mc Vickar y la doctora
Jean Houston. También he seguido tendiendo la mano hacia mi madre para
comprenderla y aceptarla. En algún momento, en los primeros años de la década
de los cuarenta, llegué a un acuerdo con el hecho de que nunca recibiría de mi
madre el tipo de guía y amor con los que yo soñaba. Aunque seguía entablando
amistad con mujeres maternales, lloré la pérdida del sueño que tanto anhelaba,
acepté la pérdida y la dejé marchar. Mientras escribía este libro, le
diagnosticaron a mi madre la enfermedad de Alzheimer; a medida que la
enfermedad va avanzando y ella se va haciendo más “infantil” y más inocente, yo
me voy convirtiendo en madre de mi mamá.
Cuando dejes buscar la sanación en una fuente externa a ti, podrás: -Empezar
a cultivar tu propia y única sensibilidad femenina, dejando un lugar para
escuchar tus sentimientos y responderles. -Escuchar a tu cuerpo y respetar sus
límites. -Escuchar a tu intuición y no dejarla atrás. -Escuchar la voz de tu
creatividad y respetar cada uno de los aspectos de ti misma que quieran
expresarse en cada momento. -Velar por tu salud y tomar las decisiones que te
enriquezcan.
Al mismo tiempo que vas desarrollando una forma de dar respuesta a tu
propia vida interior, puedes dar los pasos necesarios en el mundo exterior
haciendo lo siguiente: pon tus sueños en marcha. Por ejemplo, si sueñas que te
conviertes en una gran escritora, ve a un curso de redacción, haz un espacio en
tu horario diario o semanal para escribir, y ¡escribe! Si quieres cambiar de
carrera, busca alternativas en la biblioteca o invierte en ti misma acudiendo a
un centro especializado.
-Pon manos a la obra: cuida las plantas, date un masaje, haz pan,
observa los ciclos de la naturaleza y sé consciente de tus biorritmos y su
relación con los ciclos estacionales. -Cultiva y apoya a tus amistades
femeninas. -Únete a un grupo de mujeres; la sanación se produce en la matriz
femenina. -Visita la biblioteca o la librería y saca libros en los que
investigar sobre lo femenino sagrado. -Participa en el enriquecimiento de tu
comunidad.”
Maureen Murdock “El viaje heroico de la mujer. Etapas y claves del
proceso femenino”
Samai )O( Círculo de Mujeres-Corazón de Luna
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